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Arte / Educación

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Los proyectos colaborativos del MUN

El arte contemporáneo cuenta con un gran potencial para despertar la curiosidad, el pensamiento, las emociones y el diálogo. Quizás sea debido a su frecuente ambigüedad y porque suscita numerosas preguntas y retos entre los que lo contemplan. Si proporciona respuestas, suelen ser múltiples, abiertas y dinámicas. Son los más jóvenes (y especialmente los niños y las niñas) los más proclives a contemplar este tipo de arte sin prejuicios, de manera mucho más receptiva y con percepciones más positivas. De todos modos, y en la mayoría de los casos, los visitantes necesitan ser acompañados o guiados, requieren de una mediación para facilitar al máximo el aprovechamiento de la experiencia que supone visitar un museo.

En la imagen una monitora vestida de mosquetero comparte con un grupo de niños sentados en el suelo ante el cuadro El Número y las Aguas de Palazuelo
Una monitora comparte con los participantes el cuadro
El Número y las Aguas, de Pablo Palazuelo

Hay quienes afirman que el vínculo entre una obra de arte y quien la contempla puede ser muy profundo, pero es, esencialmente, personal e íntimo. Muchos otros consideran (y nuestra experiencia también lo confirma) que trabajar el Arte de manera grupal o comunitaria tiene un efecto amplificador y un valor añadido, que refuerza los conocimientos adquiridos y el conjunto de la experiencia vivida en las salas del museo.

Tres grandes proyectos colaborativos

Es por ello por lo que el Museo Universidad de Navarra ha realizado, a través de su Área Educativa, tres grandes proyectos colaborativos entre septiembre de 2017 y diciembre de 2019. El primero tuvo lugar entre septiembre y diciembre de 2017, fue el denominado “Proyecto Gernika”; el segundo, en el mismo periodo de 2018, tuvo por nombre “Kandinsky en la plaza del Castillo”; por último, se ha llevado a cabo el proyecto “Rothko.50” entre septiembre y diciembre de 2019. 

El Proyecto Rothko.50, en torno a la obra Untitled,del pintor Mark Rothko, que forma parte de la colección del Museo Universidad de Navarra, tuvo lugar entre septiembre y diciembre 2019

Participaron escolares y colectivos diversos de todas las edades, de infantil a bachillerato, pasando por la formación profesional, la educación especial o varios grupos en situación o riesgo de exclusión social. 

La dinámica de la visita fue muy similar a la que habitualmente se desarrolla por el Área Educativa. Cada grupo acudió al Museo en una fecha y horario preacordados, visitando las salas expositivas (con especial énfasis en obras determinadas) y llevando a cabo, posteriormente, las actividades creativas en el espacio de Talleres.

La actividad principal en todos ellos consistió en la realización, entre todos los grupos participantes, de lienzos de gran formato basados en obras de los artistas que dan nombre a los tres proyectos: el Guernica (1937) de Pablo Picasso, Círculos dentro de un círculo (1923) de Vasili Kandinski y Untitled (1969) de Mark Rothko. De esta manera se ha utilizado la metodología colaborativa para fomentar los aprendizajes.

Además, hubo otras actividades complementarias, generalmente consistentes en la ejecución, por parte de los participantes, y de manera individual, de una reinterpretación de las obras de esos artistas que conserva el Museo Universidad de Navarra. Para ello, se emplearon técnicas diversas, como el collage o la tinta china sobre papel. 

Los objetivos perseguidos

Estos proyectos tuvieron varios objetivos, de entre los que es posible destacar los siguientes:

  • Favorecer la interpretación y comprensión del arte contemporáneo.
  • Desarrollar la inteligencia creativa. 
  • Trabajar en equipo y de manera colaborativa en un proyecto común. 

No obstante, existe un objetivo general que actúa como marco para todos los demás; y no es otro que proporcionar a los centros educativos navarros la oportunidad de utilizar los recursos del Museo Universidad de Navarra (incluidas sus colecciones) como herramienta didáctica para apoyar su labor docente. De este modo, se facilita el aprendizaje fuera del aula y dentro de un espacio que aspira a ser lúdico, interdisciplinar, interactivo, sorprendente e inclusivo. Así, estos jóvenes visitantes se acercan (en ocasiones por primera vez) a una institución museística, beneficiándose de todo lo que una experiencia de este tipo puede aportar para su desarrollo personal y social. 

En la imagen los niños sostienen piezas que ellos mismos han confeccionado, y las colocan en el gran mural de pared que se realizará con sus aportaciones.
Todos participan del mural. Foto @ManuelCastells

Con una duración aproximada de dos horas, las actividades se ofrecieron a los centros tanto en español como en euskera, inglés y francés, adaptándolas a cada nivel educativo y a las necesidades de cada grupo. Para ellas se contó con los monitores del Área Educativa, además de cierto número de colaboradores, la mayoría alumnos y alumnas procedentes de la Facultad de Educación y Psicología. 

En estos proyectos han participado, de manera directa, más de 4500 personas, la gran mayoría escolares: más de 946 en el Proyecto Gernika, 2.140 en el Proyecto Kandinsky y 1.512 en el Proyecto Rothko. Cabe destacar que para todos ellos las actividades fueron gratuitas gracias a su financiación por parte de la Fundación Caja Navarra. 

Clausura del proyecto Rothko.50 en el teatro del Museo Universidad de Navarra, el director del programa, Fernando Echari ante los murales del Rothko habla a la audiencia, formada por público infantil
Clausura del Proyecto Rothko.50 con el alumnado

Cada proyecto culminó con una jornada de clausura a la que se invitó a todos los centros participantes. Durante la misma se presentaron las obras colaborativas creadas y se agradeció, de nuevo, la colaboración de los centros y su alumnado. 

El aporte de la metodología colaborativa

Hemos comprobado que la metodología colaborativa refuerza algunos de los objetivos perseguidos por el Área Educativa en sus actividades, entre ellos:

  • Acompañar a los y las participantes en la adquisición de aprendizajes significativos, ayudándoles a mirar el arte con profundidad y a aprender a través de su implicación activa en las actividades.  
  • Potenciar el espíritu crítico y creativo. 
  • Auspiciar el autoconocimiento, también respecto de las emociones. 
  • Finalmente, pero no por ello menos importante, aprender a trabajar en equipo, fomentando la toma de decisiones y la resolución de conflictos.  

Todos estos objetivos han sido alcanzados en los tres proyectos descritos, que se han servido del Museo como espacio de socialización para la educación activa y vivencial de los participantes, proporcionándoles o consolidando determinadas herramientas y competencias.

En la imagen un grupo de jóvenes posa satisfecho ante el mural colaborativo llevado a cabo en el proyecto Gernika
Un grupo de jóvenes ante su mural colaborativo del proyecto Gernika

Además, formar parte de un objetivo común, de un trabajo compartido y comunitario, es una experiencia satisfactoria y poderosa que genera sentimientos de unión (con los miembros del propio grupo y con otros) y de trascendencia (pues el proyecto va más allá del individuo y de su centro escolar). 

La buena acogida y las excelentes valoraciones que han recibido estos proyectos han garantizado su continuidad a lo largo de los años. Hemos conocido la alta satisfacción del profesorado acompañante y de los propios participantes a través de encuestas y conversaciones, además de la observación directa durante las actividades. Como consecuencia, todo apunta a que en 2020 un nuevo proyecto colaborativo tomará el relevo a este tipo de experiencias; un proyecto que tomará el arte contemporáneo, una vez más, como recurso educativo posibilitador. 

Teresa Barrio y Fernando Echarri, miembros del equipo de Educación del Museo Universidad de Navarra